Durante las horas de
sueño todos los órganos tienen la oportunidad de reposar y restablecer la
energía, mientras el organismo realiza una poderosa renovación:
- Todos los
músculos, inclusive los del rostro, se relajan.
- Aumenta
la secreción de la hormona del crecimiento, que en las personas adultas es
la encargada de la regeneración de las células y en niños y adolescentes
favorece el crecimiento.
- Hay
mayor producción de colágeno, la proteína responsable del sostenimiento y
la elasticidad de la piel, por citar algunos beneficios.
Pero todos estos
beneficios dependen de la calidad del sueño y no exactamente del tiempo, ya que
la necesidad individual de cada persona suele variar: hay gente que tiene suficiente
con apenas cuatro horas, otros son incapaces de sonreír por la mañana aun
después de haber pasado diez horas en la cama.
El sueño en contra de lo que podemos
pensar, es un proceso dinámico, necesario para la salud por sus múltiples
funciones regeneradoras, consolidativas y estabilizadoras.
ARTÍCULO EJEMPLO
Una hora de sueño durante el día mejora la
memoria y el aprendizaje de los preescolares. Los resultados de un estudio en
EEUU señalan que este descanso es un factor importante para consolidar
conocimientos en las primeras etapas de la educación. Los investigadores
analizaron el comportamiento de más de 40 niños de una guardería. Un breve
descanso durante el día mejora la memoria de los niños en edad preescolar,
según afirma un trabajo publicado en la revista PNAS por un equipo de
investigadores de la Unidad de Sueño de la Universidad de Massachusetts.
“Los pequeños recuerdan mejor lo que están
aprendiendo si duermen la siesta", indica la psicóloga Rebecca Spencer,
una de las autoras del trabajo. Los resultados, obtenidos tras haber analizado
el comportamiento de más de 40 niños de una guardería, indican que las siestas
ayudan a consolidar la memoria y el aprendizaje a edades tempranas.
“Muchas investigaciones destacan los
favores de una educación temprana, por tanto, las siestas se quieren eliminar
para dedicar más horas al aprendizaje. Sin embargo, hemos demostrado que estos sueños al mediodía ayudan a los niños a conseguir las metas académicas durante
las primeras etapas de la educación”, destaca Spencer.
Para obtener los resultados, los
investigadores analizaron el comportamiento de 40 niños de diferentes
guarderías mediante un juego de memoria visual en el que debían recordar la
posición de diferentes imágenes. Esta prueba se realizó a todos los niños
tras una media de 77 minutos de siesta, y se repitió otros días sin ese
descanso.
Los científicos concluyeron que después de
una siesta los niños recordaron un 10% más las posiciones de los objetos que
cuando estuvieron despiertos toda la jornada.
Atención y cuidados
durante la siesta
Está claro que la siesta es una costumbre
muy gratificante para el bebé y sus padres. Pero, como todo hábito es necesario
que sea también bien orientado. Para eso, es fundamental que se eduque al bebé
en este sentido, más que nada para que la siesta de la tarde no altere el sueño
nocturno. Las siestas regulares pueden mejorar el sueño de la noche. La
obediencia a una rutina es esencial. Del mismo modo que la
alimentación y el
baño, la siesta también debe tener un horario
establecido desde el principio.
Duración de las siestas
según la edad
La siesta es una necesidad para la mayoría
de los bebés y a muchos niños. En el cuadro abajo, tienes una tabla de
orientación acerca de la cantidad / día, y del tiempo de siesta que normalmente
duermen los bebés y niños.
Las necesidades de horas de sueño en los niños de 0-6 años justificación y representación de los resultados en una tabla.
De acuerdo a los Centros para la Prevención y Control de enfermedades,
un bebé recién nacido desde su nacimiento hasta los dos meses necesita
de 10,5 a 18 horas al sueño cada día. Alrededor de los dos meses,
necesita dormir un total de 14 a 15 horas durante todo el día entre las
comidas y permanece allí hasta que llega a los 12 meses de edad.
Los niños entre edades de 1 y 3
años requieren de 12 a 14 horas de sueño cada día. No obtendrán esta
cantidad del sueño a la vez. Estos niños son propensos a tomar dos
siestas cada día, mientras que los niños mayores pueden tomar una
siesta, pero dormir un largo periodo durante la noche. Hacer que los
niños pequeños mantengan un horario para dormir ayudará a asegurar que están recibiendo una cantidad adecuada de sueño.
Los niños de edades de 3 a 5
años deberían obtener entre 11 y 13 horas de sueño por día. Ya que la
mayoría de niños en este grupo dejan de tomar siestas, necesitarán tomar
la mayoría de sus horas de sueño durante la noche. Los niños de entre 5
a 12 años deben tener entre 9 y 11 horas de sueño por la noche. Esta
necesidad de dormir hace que las horas apropiadas para dormir sean muy
importantes para los niños en este grupo de edad.
EDAD
4
M
6
M
9
M
1
A
2
A
3
A
4-5
A
Siestas
día
3h
2h
2h
1
o 2h
1h
1h
1h
Nº
horas
4h-6h
3h
-4h
2,5-4h
2-3h
1h-2h
1h-1,5h
0,5-1h
Describe actividades para el descanso-sueño para aplicar en la en la escuela infantil dependiendo de la edad del niño/a.
Un ejemplo de actividades que hagan referencia con el sueño, pueden ser: la realización de una serie de canciones que propicien el sueño entre los alumnos.
Duérmete mi niño
Duérmete mi niño, que tengo que hacer
Lavar los pañales, y sentarme a coser.
Duérmete mi niño que tengo que hacer
Lavar los pañales y sentarme a coser.
Duérmete mi niño, que tengo que hacer
Lavar los pañales, y sentarme a coser.
Duérmete mi niño que tengo que hacer
Lavar los pañales y sentarme a coser.Ese niño quiere que lo duerma yo
duermalo su mami que ella lo parió.
Ese niño quiere que lo duerma yo,
duermalo su mami que ella lo parió.Duérmete mi niño, Duérmete mi niño

Mi Amigo el Sueño
Entra sueñito por los ojitos
hoy el sueño no quiere venir
cierra tus ojos muy despacito
mi amigo el sueño te viene a dormir.
Acariciando entre tus cejas
polvo de estrellas te empieza a cubrir
cierra tus ojos muy despacito
al fin mi amigo te pudo dormir.
Describe los trastornos
del sueño más frecuentes en niños (definición y características y actuación
ante los mismos.
A- Trastornos primarios del sueño: Aquellos que no
se deben a enfermedad médica, a otra enfermedad mental o a la ingesta de
sustancias. Estos trastornos son consecuencia de alteraciones endógenas en
los mecanismos del ciclo vigilia-sueño, que con frecuencia se ven agravadas
por factores de condicionamiento. Dentro de este apartado se incluyen:
Disomnias:
Parasomnias:
Caracterizadas por trastornos de la cantidad,
calidad y horario del sueño
Caracterizadas por acontecimientos o conductas
anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de
transición sueño-vigilia.
B- Trastornos del sueño debido a enfermedad médica:
Alteraciones del sueño como consecuencia de los efectos fisiológicos directos
de na enfermedad médica sobre el sistema sueño-vigilia.
C- Trastornos del sueño relacionados con otro
trastorno mental: Alteraciones del sueño debidas a un trastorno mental
diagnosticable, que es de suficiente gravedad como para merecer atención
clínica independiente.
DISOMNIAS
Las disomnias pueden definirse como trastornos
primarios del inicio o mantenimiento del sueño o de excesiva somnolencia. Se
caracterizan por alterar significativamente la cantidad, calidad u horario del
sueño. A continuación se exponen algunas de las más habituales.
El insomnio se define como dificultad para iniciar o
mantener el sueño y puede manifestarse como dificultad para conciliar el sueño
(insomnio inicial), despertarse frecuente durante la noche o despertarse muy
temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal). Según la
duración del problema también puede dividirse en insomnio agudo si dura menos
de 4 semanas, subagudo cuando tiene una duración de entre 4 semanas y 6 meses,
o crónico si dura más de 6 meses.
b) Hipersomnia
Se trata de un trastorno del sueño que consiste en una
excesiva cantidad de sueño con incremento de la somnolencia diurna. El sueño
puede prolongarse más de ocho horas llegando hasta 12 con dificultad para
levantarse. Pese a ello, puede haber necesidad de volver con frecuencia durante
el día a la cama.
Es poco frecuente en población infantil y no se
dispone de datos exactos de su prevalencia. El
tratamiento consiste básicamente en la administración de fármacos estimulantes
por la mañana o la noche.
c) Narcolepsia
La Narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por
la presencia de cuatro síntomas que la representan:
Somnolencia diurna: Se acompaña de ataques repentinos de sueño.
Estos episodios pueden durar en torno a 15 o 20 minutos, aunque pueden llegar
hasta una hora. Se suelen describir como imprevisibles e incontrolables por lo
que pueden tener lugar en las situaciones menos apropiadas (trabajo,
conduciendo...). Los individuos que padecen el trastorno pueden tener de 2 a 6
episodios diarios de ataques de sueño.
Cataplexia: Se trata de una pérdida de tono muscular, ocurre en el
70% de los individuos con narcolepsia y puede manifestarse con síntomas como
pesadez de los parpados o de los brazos. En algunos casos la pérdida de tono
muscular es total y se produce el desplome del cuerpo. El fenómeno suele durar
poco tiempo y el sujeto se mantiene consciente. La cataplexia suele producirse
por estímulos emocionales potentes.
Alucinaciones: Entre el 20 y 40% de los individuos con narcolepsia
sufren también alucinaciones en forma de imágenes intensas de ensoñación antes
de dormirse o también justo al despertarse, pudiendo ser también auditivas o
cinestésicas.
Parálisis del sueño: Lo pueden padecer entre el 30 y el 50% de los
individuos con el trastorno. La parálisis del sueño consiste en un periodo de
inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño o al
despertarse ya sea durante la noche o la mañana.
La Narcolepsia, es muy poco frecuente durante la
infancia y suele establecerse durante la adolescencia y la juventud. Lo más
característico es que en primer lugar aparezcan los síntomas de hipersomnia
diurna, adquiriendo relevancia clínica durante la adolescencia.
d) Trastornos
relacionados con la respiración
El Síndrome de apnea del sueño infantil se caracteriza
por la presencia de episodios de obstrucción parcial o total de la vía aérea
superior que aparecen durante el sueño. Ello produce despertares frecuentes,
rompiendo el ciclo del sueño y provocando somnolencia diurna.
Se han descrito tres tipos diferenciados:
Obstructiva:
Ausencia de la señal respiratoria en presencia de esfuerzo respiratorio.
(movimientos toracoabdominales).
Central:
Ausencia de señal respiratoria y ausencia de esfuerzo respiratorio (no se
detectan movimientos toracoabdominales).
Mixta: Apnea
que habitualmente comienza como central y termina con un componente
obstructivo.
Es de muy difícil diagnóstico en la infancia
precisándose un estudio polisomnográfico para su detección. Parte de esta
dificultad reside en que la mayoría de los sujetos no tienen conciencia del
problema.
Puede ocurrir a
cualquier edad pero lo normal es que se diagnostique en niños de 2 a 7 años. Las
conductas observables más importantes son el roncar y la somnolencia diurna. El
ronquido está presente aproximadamente sobre el 70% de las personas que lo
padecen y su aparición fue temprana. Pueden presentarse, en algunos casos,
micciones nocturnas o sudoración durante el episodio.
Es reconocida la influencia de la obesidad como causa
predisponente para el trastorno, sin embargo, no todos los niños que presentan
apneas son obesos.
Como tratamiento base suele aconsejarse reducción de
peso (si hay obesidad), el mantenimiento de horarios regulares con un mínimo de
8 horas, y la eliminación de la ingesta de cualquier tipo de alimento o bebida
con componentes estimulantes (coca-cola, chocolate, café, etc.).
e) Trastornos del ciclo
circadiano
Aquí se incluyen los trastornos del sueño debidos a
una mala sincronización entre el horario de sueño deseado (el establecido
conforme a la normativa social) y el real. Se trata de un desajuste por el que
la persona no puede dormir cuando lo desea. El resultado es que se producen
episodios de sueño en horas inadecuadas y somnolencia durante los momentos de
actividad diurna.
Una causa bien conocida de las alteraciones del ciclo
circadiano es el conocido Jet Lag o cambio de horario que sufren las personas
cuando efectúan un viaje a un país con distinto horario al de origen.
En niños y adolescentes, es más habitual la alteración
del ciclo debido a la denominada fase de sueño retrasada. Se caracteriza por
una dificultad inicial de conciliación del sueño pero con mantenimiento del
mismo una vez iniciado. El resultado es que hay gran dificultad para levantarse
al inicio de la mañana y se tiende a prolongar la estancia en cama, lo que a su
vez, repercute negativamente con la necesidad de dormir antes por la noche.
El tratamiento más efectivo en estos casos se denomina
cronoterapia y consiste en avanzar cada día un poco más (según las necesidades
del caso) la hora de acostarse, hasta conseguirse la sincronización y
mantenimiento con el horario deseado.
PARASOMNIAS
Se denominan parasomnias a aquellos trastornos del
sueño caracterizados por acontecimientos o conductas anormales asociadas al
sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia.
El diagnóstico se fundamenta en una historia clínica
detallada y sólo en escasas situaciones es necesario recurrir a la
polisomnografía para efectuar un diagnóstico diferencial.
Las parasomnias más habituales son:
c) El
Sonambulismo
La característica esencial del sonambulismo es la
existencia de episodios en los que el niño se incorpora de forma brusca de la
cama e incluso puede levantarse y comenzar a deambular. Los ojos se mantienen
abiertos y la mirada fija. El niño puede pronunciar una o algunas palabras
normalmente sin coherencia. También puede llevar a cabo conductas más complejas
como andar por la habitación o estancia, abrir o cerrar puertas, ventanas y
otras, menos frecuentes, como lavarse o comer.
Estos episodios suelen durar unos minutos y tienen
lugar en el primer tercio de la noche (sueño de ondas lentas) y a menos que se
le despierte mientras sucede, no recordará nada al día siguiente.
El episodio de sonambulismo puede terminar de
diferentes formas. Normalmente el sujeto, tras realizar la actividad, vuelve a
la cama y sigue durmiendo, produciéndose el olvido a la mañana siguiente. En
otros casos, el sujeto puede despertarse durante el mismo y presentar gran
desorientación.
Las causas del sonambulismo no están todavía muy
claras y se apuntan, entre otros, causas psicológicas, genéticas y también de
déficits en el desarrollo madurativo. No obstante, sí se conocen algunos
factores que pueden aumentar la frecuencia de los mismos. Así, los estados
febriles, sueño irregular, abuso de alcohol, ruidos externos y fármacos o
trastornos que produzcan una desestructuración del sueño de ondas lentas, son
factores de riesgo.
Respecto a la edad de inicio del trastorno tampoco hay
unanimidad en los diferentes estudios. Algunos autores lo sitúan entre los 4 y
8 años, mientras otros apuntan el intervalo de 10 a 14. A este respecto hay que
añadir que por experiencia propia y casos suficientemente documentados, el
sonambulismo está presente, en algunos casos, a edades anteriores a los 7 u 8
años de edad, alcanzando su máxima frecuencia a los 11/12 años y desapareciendo
progresivamente a partir de los 15/16 años.
El sonambulismo y los terrores
nocturnos están muy relacionados
entre sí y algunos autores los consideran variantes de un mismo proceso
patofisiológico.
Orientaciones para tratar el sonambulismo:
· Al tratarse de una alteración del sueño benigna no
suele ser necesario ningún tipo de tratamiento. Los episodios aislados no deben
ser motivo de preocupación pero si se repiten con cierta frecuencia es
aconsejable acudir al médico.
· La principal precaución que deben adoptar los padres
es el asegurarse de que el niño no pueda hacerse ningún tipo de daño durante el
episodio. Igualmente deberán evitar los factores de riesgo antes señalados.
· Generalmente, no resulta conveniente intentar
despertar al niño durante el episodio ya que puede causarle gran confusión o
asustarle. La mejor opción suele ser la de acompañarle directamente hacia su
cama para que vuelva a acostarse.
· En algunos casos, especialmente los más graves, se ha
recurrido a la administración de fármacos de la familia de las benzodiazepinas
e incluso a anti-depresivos tricíclicos e inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina.
d) Otros Trastornos:
Bruxismo
Se trata del “chirriar de dientes” que se produce por
la contracción excesiva de los maxilares produciendo un ruido característico y,
a veces, molesto aunque raramente despierta al niño. En los casos más severos
puede producir el desgaste en dientes y encías.
A pesar de que puede aparecer a cualquier edad es
fenómeno particularmente frecuente en la infancia. Se cree que entre el 3 y el
12% de los niños de edades comprendidas entre los 3 y 7 años podrían sufrirlo.
Estos episodios pueden aparecer en cualquier momento
del sueño y el niño no suele ser consciente de esta conducta por lo que su
queja principal está más relacionada con dolor en la mandíbula y sensibilidad
en los dientes durante el día que con problemas asociados al sueño.
El tratamiento incluye técnicas conductuales
(relajación, practica masiva y biorretroalimentación-EMG con alarma nocturna,
siendo ésta última la que mejor resultados ha proporcionado).
Para casos más severos suelen incorporarse protectores
dentales.
Somniloquia
Es un fenómeno inocuo, que suele llamar mucho la
atención de los padres y que, en ocasiones, produce preocupación. Consiste en
episodios de hablar durante el sueño. Se trata normalmente de la emisión de
palabras ininteligibles o conjunto de ellas formando frases cortas. Pueden
acompañarse de risas, gritos o llantos. No suelen despertar al niño pero pueden
resultar molestos para otros.
Estas manifestaciones son muy frecuentes en la
población infantil. Alrededor del 50% de la población de niños de 3 a 10 años
presenta somniloquios al menos una vez al año.
Puede aparecer durante el sueño de ondas lentas y en
el paradójico. En el primer caso el contenido es más elaborado, en el segundo
el contenido es más pobre y suele estar relacionado con hechos recientes.
No suele intervenirse salvo que los episodios sean muy
frecuentes o creen consecuencias molestas para el niño u otros.
En el tratamiento de la somniloquia suele utilizarse
un dispositivo electrónico que emite un sonido molesto justo cuando el niño
comienza a hablar. El dispositivo se desconecta pulsando un botón.
Jactatio capitis
nocturno
Este trastorno consiste en efectuar golpes rítmicos de
la cabeza contra la almohada o movimientos de balanceo de todo el cuerpo al
intentar conciliar el sueño. Pueden también aparecer sonidos guturales.
Estos episodios generalmente se consideran inofensivos
y no dejan secuelas. No obstante hay que tener la suficiente precaución para
que en la cama del niño no haya superficies duras sobre las que el niño pueda
golpearse.
Suele comenzar a los 9 meses y no suele persiste más
allá de los 4 años. Suele remitir progresiva y espontáneamente.
El tratamiento seguiría las mismas pautas explicadas en
la somniloquia. Se establece la aparición de un estímulo sonoro o luminoso
contingentemente al iniciarse los movimientos. Se espera que este estímulo
produzca la extinción de la respuesta.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.guiasalud.es/egpc/TSueno_infado/completa/apartado07/definicion.html
http://www.agenciasinc.es/Noticias/La-siesta-mejora-el-aprendizaje-en-los-ninos-menores-de-tres-anos
Las necesidades de horas de sueño en los niños de 0-6 años justificación y representación de los resultados en una tabla.
De acuerdo a los Centros para la Prevención y Control de enfermedades,
un bebé recién nacido desde su nacimiento hasta los dos meses necesita
de 10,5 a 18 horas al sueño cada día. Alrededor de los dos meses,
necesita dormir un total de 14 a 15 horas durante todo el día entre las
comidas y permanece allí hasta que llega a los 12 meses de edad.
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EDAD
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4
M
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Siestas
día
|
3h
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2h
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2h
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1
o 2h
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1h
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1h
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1h
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Nº
horas
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4h-6h
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3h
-4h
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2,5-4h
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2-3h
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1h-2h
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1h-1,5h
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0,5-1h
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Describe actividades para el descanso-sueño para aplicar en la en la escuela infantil dependiendo de la edad del niño/a.
Un ejemplo de actividades que hagan referencia con el sueño, pueden ser: la realización de una serie de canciones que propicien el sueño entre los alumnos.Duérmete mi niño Duérmete mi niño, que tengo que hacer Lavar los pañales, y sentarme a coser. Duérmete mi niño que tengo que hacer Lavar los pañales y sentarme a coser. Duérmete mi niño, que tengo que hacer Lavar los pañales, y sentarme a coser. Duérmete mi niño que tengo que hacer Lavar los pañales y sentarme a coser.Ese niño quiere que lo duerma yo duermalo su mami que ella lo parió. Ese niño quiere que lo duerma yo, duermalo su mami que ella lo parió.Duérmete mi niño, Duérmete mi niño |
Mi Amigo el Sueño
Entra sueñito por los ojitos hoy el sueño no quiere venir cierra tus ojos muy despacito mi amigo el sueño te viene a dormir. Acariciando entre tus cejas polvo de estrellas te empieza a cubrir cierra tus ojos muy despacito al fin mi amigo te pudo dormir. |
Describe los trastornos
del sueño más frecuentes en niños (definición y características y actuación
ante los mismos.
A- Trastornos primarios del sueño: Aquellos que no
se deben a enfermedad médica, a otra enfermedad mental o a la ingesta de
sustancias. Estos trastornos son consecuencia de alteraciones endógenas en
los mecanismos del ciclo vigilia-sueño, que con frecuencia se ven agravadas
por factores de condicionamiento. Dentro de este apartado se incluyen:
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Disomnias:
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Parasomnias:
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Caracterizadas por trastornos de la cantidad,
calidad y horario del sueño
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Caracterizadas por acontecimientos o conductas
anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de
transición sueño-vigilia.
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B- Trastornos del sueño debido a enfermedad médica:
Alteraciones del sueño como consecuencia de los efectos fisiológicos directos
de na enfermedad médica sobre el sistema sueño-vigilia.
|
C- Trastornos del sueño relacionados con otro
trastorno mental: Alteraciones del sueño debidas a un trastorno mental
diagnosticable, que es de suficiente gravedad como para merecer atención
clínica independiente.
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DISOMNIAS
Las disomnias pueden definirse como trastornos
primarios del inicio o mantenimiento del sueño o de excesiva somnolencia. Se
caracterizan por alterar significativamente la cantidad, calidad u horario del
sueño. A continuación se exponen algunas de las más habituales.
El insomnio se define como dificultad para iniciar o
mantener el sueño y puede manifestarse como dificultad para conciliar el sueño
(insomnio inicial), despertarse frecuente durante la noche o despertarse muy
temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal). Según la
duración del problema también puede dividirse en insomnio agudo si dura menos
de 4 semanas, subagudo cuando tiene una duración de entre 4 semanas y 6 meses,
o crónico si dura más de 6 meses.
b) Hipersomnia
Se trata de un trastorno del sueño que consiste en una
excesiva cantidad de sueño con incremento de la somnolencia diurna. El sueño
puede prolongarse más de ocho horas llegando hasta 12 con dificultad para
levantarse. Pese a ello, puede haber necesidad de volver con frecuencia durante
el día a la cama.
Es poco frecuente en población infantil y no se
dispone de datos exactos de su prevalencia. El
tratamiento consiste básicamente en la administración de fármacos estimulantes
por la mañana o la noche.
c) Narcolepsia
La Narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por
la presencia de cuatro síntomas que la representan:
Somnolencia diurna: Se acompaña de ataques repentinos de sueño.
Estos episodios pueden durar en torno a 15 o 20 minutos, aunque pueden llegar
hasta una hora. Se suelen describir como imprevisibles e incontrolables por lo
que pueden tener lugar en las situaciones menos apropiadas (trabajo,
conduciendo...). Los individuos que padecen el trastorno pueden tener de 2 a 6
episodios diarios de ataques de sueño.
Cataplexia: Se trata de una pérdida de tono muscular, ocurre en el
70% de los individuos con narcolepsia y puede manifestarse con síntomas como
pesadez de los parpados o de los brazos. En algunos casos la pérdida de tono
muscular es total y se produce el desplome del cuerpo. El fenómeno suele durar
poco tiempo y el sujeto se mantiene consciente. La cataplexia suele producirse
por estímulos emocionales potentes.
Alucinaciones: Entre el 20 y 40% de los individuos con narcolepsia
sufren también alucinaciones en forma de imágenes intensas de ensoñación antes
de dormirse o también justo al despertarse, pudiendo ser también auditivas o
cinestésicas.
Parálisis del sueño: Lo pueden padecer entre el 30 y el 50% de los
individuos con el trastorno. La parálisis del sueño consiste en un periodo de
inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño o al
despertarse ya sea durante la noche o la mañana.
d) Trastornos
relacionados con la respiración
El Síndrome de apnea del sueño infantil se caracteriza
por la presencia de episodios de obstrucción parcial o total de la vía aérea
superior que aparecen durante el sueño. Ello produce despertares frecuentes,
rompiendo el ciclo del sueño y provocando somnolencia diurna.
Se han descrito tres tipos diferenciados:
Como tratamiento base suele aconsejarse reducción de
peso (si hay obesidad), el mantenimiento de horarios regulares con un mínimo de
8 horas, y la eliminación de la ingesta de cualquier tipo de alimento o bebida
con componentes estimulantes (coca-cola, chocolate, café, etc.).
Aquí se incluyen los trastornos del sueño debidos a
una mala sincronización entre el horario de sueño deseado (el establecido
conforme a la normativa social) y el real. Se trata de un desajuste por el que
la persona no puede dormir cuando lo desea. El resultado es que se producen
episodios de sueño en horas inadecuadas y somnolencia durante los momentos de
actividad diurna.
Una causa bien conocida de las alteraciones del ciclo
circadiano es el conocido Jet Lag o cambio de horario que sufren las personas
cuando efectúan un viaje a un país con distinto horario al de origen.
En niños y adolescentes, es más habitual la alteración
del ciclo debido a la denominada fase de sueño retrasada. Se caracteriza por
una dificultad inicial de conciliación del sueño pero con mantenimiento del
mismo una vez iniciado. El resultado es que hay gran dificultad para levantarse
al inicio de la mañana y se tiende a prolongar la estancia en cama, lo que a su
vez, repercute negativamente con la necesidad de dormir antes por la noche.
El tratamiento más efectivo en estos casos se denomina
cronoterapia y consiste en avanzar cada día un poco más (según las necesidades
del caso) la hora de acostarse, hasta conseguirse la sincronización y
mantenimiento con el horario deseado.
PARASOMNIAS
Se denominan parasomnias a aquellos trastornos del
sueño caracterizados por acontecimientos o conductas anormales asociadas al
sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia.
El diagnóstico se fundamenta en una historia clínica
detallada y sólo en escasas situaciones es necesario recurrir a la
polisomnografía para efectuar un diagnóstico diferencial.
Las parasomnias más habituales son:
c) El
Sonambulismo
La característica esencial del sonambulismo es la
existencia de episodios en los que el niño se incorpora de forma brusca de la
cama e incluso puede levantarse y comenzar a deambular. Los ojos se mantienen
abiertos y la mirada fija. El niño puede pronunciar una o algunas palabras
normalmente sin coherencia. También puede llevar a cabo conductas más complejas
como andar por la habitación o estancia, abrir o cerrar puertas, ventanas y
otras, menos frecuentes, como lavarse o comer.
Estos episodios suelen durar unos minutos y tienen
lugar en el primer tercio de la noche (sueño de ondas lentas) y a menos que se
le despierte mientras sucede, no recordará nada al día siguiente.
El episodio de sonambulismo puede terminar de
diferentes formas. Normalmente el sujeto, tras realizar la actividad, vuelve a
la cama y sigue durmiendo, produciéndose el olvido a la mañana siguiente. En
otros casos, el sujeto puede despertarse durante el mismo y presentar gran
desorientación.
Las causas del sonambulismo no están todavía muy
claras y se apuntan, entre otros, causas psicológicas, genéticas y también de
déficits en el desarrollo madurativo. No obstante, sí se conocen algunos
factores que pueden aumentar la frecuencia de los mismos. Así, los estados
febriles, sueño irregular, abuso de alcohol, ruidos externos y fármacos o
trastornos que produzcan una desestructuración del sueño de ondas lentas, son
factores de riesgo.
Respecto a la edad de inicio del trastorno tampoco hay
unanimidad en los diferentes estudios. Algunos autores lo sitúan entre los 4 y
8 años, mientras otros apuntan el intervalo de 10 a 14. A este respecto hay que
añadir que por experiencia propia y casos suficientemente documentados, el
sonambulismo está presente, en algunos casos, a edades anteriores a los 7 u 8
años de edad, alcanzando su máxima frecuencia a los 11/12 años y desapareciendo
progresivamente a partir de los 15/16 años.
Orientaciones para tratar el sonambulismo:
· Al tratarse de una alteración del sueño benigna no
suele ser necesario ningún tipo de tratamiento. Los episodios aislados no deben
ser motivo de preocupación pero si se repiten con cierta frecuencia es
aconsejable acudir al médico.
· La principal precaución que deben adoptar los padres
es el asegurarse de que el niño no pueda hacerse ningún tipo de daño durante el
episodio. Igualmente deberán evitar los factores de riesgo antes señalados.
· Generalmente, no resulta conveniente intentar
despertar al niño durante el episodio ya que puede causarle gran confusión o
asustarle. La mejor opción suele ser la de acompañarle directamente hacia su
cama para que vuelva a acostarse.
· En algunos casos, especialmente los más graves, se ha
recurrido a la administración de fármacos de la familia de las benzodiazepinas
e incluso a anti-depresivos tricíclicos e inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina.
d) Otros Trastornos:
Bruxismo
Se trata del “chirriar de dientes” que se produce por
la contracción excesiva de los maxilares produciendo un ruido característico y,
a veces, molesto aunque raramente despierta al niño. En los casos más severos
puede producir el desgaste en dientes y encías.
A pesar de que puede aparecer a cualquier edad es
fenómeno particularmente frecuente en la infancia. Se cree que entre el 3 y el
12% de los niños de edades comprendidas entre los 3 y 7 años podrían sufrirlo.
Estos episodios pueden aparecer en cualquier momento
del sueño y el niño no suele ser consciente de esta conducta por lo que su
queja principal está más relacionada con dolor en la mandíbula y sensibilidad
en los dientes durante el día que con problemas asociados al sueño.
El tratamiento incluye técnicas conductuales
(relajación, practica masiva y biorretroalimentación-EMG con alarma nocturna,
siendo ésta última la que mejor resultados ha proporcionado).
Para casos más severos suelen incorporarse protectores
dentales.
Somniloquia
Es un fenómeno inocuo, que suele llamar mucho la
atención de los padres y que, en ocasiones, produce preocupación. Consiste en
episodios de hablar durante el sueño. Se trata normalmente de la emisión de
palabras ininteligibles o conjunto de ellas formando frases cortas. Pueden
acompañarse de risas, gritos o llantos. No suelen despertar al niño pero pueden
resultar molestos para otros.
Estas manifestaciones son muy frecuentes en la
población infantil. Alrededor del 50% de la población de niños de 3 a 10 años
presenta somniloquios al menos una vez al año.
Puede aparecer durante el sueño de ondas lentas y en
el paradójico. En el primer caso el contenido es más elaborado, en el segundo
el contenido es más pobre y suele estar relacionado con hechos recientes.
No suele intervenirse salvo que los episodios sean muy
frecuentes o creen consecuencias molestas para el niño u otros.
En el tratamiento de la somniloquia suele utilizarse
un dispositivo electrónico que emite un sonido molesto justo cuando el niño
comienza a hablar. El dispositivo se desconecta pulsando un botón.
Jactatio capitis
nocturno
Este trastorno consiste en efectuar golpes rítmicos de
la cabeza contra la almohada o movimientos de balanceo de todo el cuerpo al
intentar conciliar el sueño. Pueden también aparecer sonidos guturales.
Estos episodios generalmente se consideran inofensivos
y no dejan secuelas. No obstante hay que tener la suficiente precaución para
que en la cama del niño no haya superficies duras sobre las que el niño pueda
golpearse.
Suele comenzar a los 9 meses y no suele persiste más
allá de los 4 años. Suele remitir progresiva y espontáneamente.
El tratamiento seguiría las mismas pautas explicadas en
la somniloquia. Se establece la aparición de un estímulo sonoro o luminoso
contingentemente al iniciarse los movimientos. Se espera que este estímulo
produzca la extinción de la respuesta.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.guiasalud.es/egpc/TSueno_infado/completa/apartado07/definicion.html
http://www.agenciasinc.es/Noticias/La-siesta-mejora-el-aprendizaje-en-los-ninos-menores-de-tres-anos
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