jueves, 8 de mayo de 2014

SUEÑO-REPOSO

¿Cuáles son los beneficios del sueño?

Durante las horas de sueño todos los órganos tienen la oportunidad de reposar y restablecer la energía, mientras el organismo realiza una poderosa renovación:
  • Todos los músculos, inclusive los del rostro, se relajan.                  
  • Aumenta la secreción de la hormona del crecimiento, que en las personas adultas es la encargada de la regeneración de las células y en niños y adolescentes favorece el crecimiento.          
  • Hay mayor producción de colágeno, la proteína responsable del sostenimiento y la elasticidad de la piel, por citar algunos beneficios.        
Pero todos estos beneficios dependen de la calidad del sueño y no exactamente del tiempo, ya que la necesidad individual de cada persona suele variar: hay gente que tiene suficiente con apenas cuatro horas, otros son incapaces de sonreír por la mañana aun después de haber pasado diez horas en la cama.

El sueño en contra de lo que podemos pensar, es un proceso dinámico, necesario para la salud por sus múltiples funciones regeneradoras, consolidativas y estabilizadoras.

La importancia de la siesta para los bebés y niños.



ARTÍCULO EJEMPLO
Una hora de sueño durante el día mejora la memoria y el aprendizaje de los preescolares. Los resultados de un estudio en EEUU señalan que este descanso es un factor importante para consolidar conocimientos en las primeras etapas de la educación. Los investigadores analizaron el comportamiento de más de 40 niños de una guardería. Un breve descanso durante el día mejora la memoria de los niños en edad preescolar, según afirma un trabajo publicado en la revista PNAS por un equipo de investigadores de la Unidad de Sueño de la Universidad de Massachusetts.
“Los pequeños recuerdan mejor lo que están aprendiendo si duermen la siesta", indica la psicóloga Rebecca Spencer, una de las autoras del trabajo. Los resultados, obtenidos tras haber analizado el comportamiento de más de 40 niños de una guardería, indican que las siestas ayudan a consolidar la memoria y el aprendizaje a edades tempranas.
“Muchas investigaciones destacan los favores de una educación temprana, por tanto, las siestas se quieren eliminar para dedicar más horas al aprendizaje. Sin embargo, hemos demostrado que estos sueños al mediodía ayudan a los niños a conseguir las metas académicas durante las primeras etapas de la educación”, destaca Spencer.
Para obtener los resultados, los investigadores analizaron el comportamiento de 40 niños de diferentes guarderías mediante un juego de memoria visual en el que debían recordar la posición de diferentes imágenes. Esta prueba se realizó a todos los niños  tras una media de 77 minutos de siesta, y se repitió otros días sin ese descanso.
Los científicos concluyeron que después de una siesta los niños recordaron un 10% más las posiciones de los objetos que cuando estuvieron despiertos toda la jornada.

Atención y cuidados durante la siesta
Está claro que la siesta es una costumbre muy gratificante para el bebé y sus padres. Pero, como todo hábito es necesario que sea también bien orientado. Para eso, es fundamental que se eduque al bebé en este sentido, más que nada para que la siesta de la tarde no altere el sueño nocturno. Las siestas regulares pueden mejorar el sueño de la noche. La obediencia a una rutina es esencial. Del mismo modo que la alimentación y el baño, la siesta también debe tener un horario establecido desde el principio.

Duración de las siestas según la edad
La siesta es una necesidad para la mayoría de los bebés y a muchos niños. En el cuadro abajo, tienes una tabla de orientación acerca de la cantidad / día, y del tiempo de siesta que normalmente duermen los bebés y niños.


Las necesidades de horas de sueño en los niños de 0-6 años justificación y representación de los resultados en una tabla.




De acuerdo a los Centros para la Prevención y Control de enfermedades, un bebé recién nacido desde su nacimiento hasta los dos meses necesita de 10,5 a 18 horas al sueño cada día. Alrededor de los dos meses, necesita dormir un total de 14 a 15 horas durante todo el día entre las comidas y permanece allí hasta que llega a los 12 meses de edad.

Los niños entre edades de 1 y 3 años requieren de 12 a 14 horas de sueño cada día. No obtendrán esta cantidad del sueño a la vez. Estos niños son propensos a tomar dos siestas cada día, mientras que los niños mayores pueden tomar una siesta, pero dormir un largo periodo durante la noche. Hacer que los niños pequeños mantengan un horario para dormir ayudará a asegurar que están recibiendo una cantidad adecuada de sueño.


Los niños de edades de 3 a 5 años deberían obtener entre 11 y 13 horas de sueño por día. Ya que la mayoría de niños en este grupo dejan de tomar siestas, necesitarán tomar la mayoría de sus horas de sueño durante la noche. Los niños de entre 5 a 12 años deben tener entre 9 y 11 horas de sueño por la noche. Esta necesidad de dormir hace que las horas apropiadas para dormir sean muy importantes para los niños en este grupo de edad.


           
EDAD
       
           
4 M
       
           
6 M
       
           
9 M
       
           
1 A
       
           
2 A
       
           
3 A
       
           
4-5 A
       
           
Siestas día
       
           
3h
       
           
2h
       
           
2h
       
           
1 o 2h
       
           
1h
       
           
1h
       
           
1h
       
           
Nº horas
       
           
4h-6h
       
           
3h -4h
       
           
2,5-4h
       
           
2-3h
       
           
1h-2h
       
           
1h-1,5h
       
           
0,5-1h
       

 Describe actividades para el descanso-sueño para aplicar en la en la escuela infantil dependiendo de la edad del niño/a.
Un ejemplo de actividades que hagan referencia con el sueño, pueden ser: la realización de una serie de canciones que propicien el sueño entre los alumnos.

Duérmete mi niño
Duérmete mi niño, que tengo que hacer
Lavar los pañales, y sentarme a coser.
Duérmete  mi niño que tengo que hacer
Lavar los pañales y sentarme a coser.


Duérmete mi niño, que tengo que hacer
Lavar los pañales, y sentarme a coser.
Duérmete  mi niño que tengo que hacer
Lavar los pañales y sentarme a coser.
Ese niño quiere que lo duerma yo
duermalo su mami que ella lo parió.

Ese niño quiere que lo duerma yo,
duermalo su mami que ella lo parió.
Duérmete mi niño, Duérmete mi niño


















bear
Mi Amigo el Sueño

Entra sueñito por los ojitos
hoy el sueño no quiere venir
cierra tus ojos muy despacito
mi amigo el sueño te viene a dormir.

Acariciando entre tus cejas
polvo de estrellas te empieza a cubrir
cierra tus ojos muy despacito
al fin mi amigo te pudo dormir.

Describe los trastornos del sueño más frecuentes en niños (definición y características y actuación ante los mismos.

A- Trastornos primarios del sueño: Aquellos que no se deben a enfermedad médica, a otra enfermedad mental o a la ingesta de sustancias. Estos trastornos son consecuencia de alteraciones endógenas en los mecanismos del ciclo vigilia-sueño, que con frecuencia se ven agravadas por factores de condicionamiento. Dentro de este apartado se incluyen:

Disomnias:
Parasomnias:
Caracterizadas por trastornos de la cantidad, calidad y horario del sueño
Caracterizadas por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia.

B- Trastornos del sueño debido a enfermedad médica: Alteraciones del sueño como consecuencia de los efectos fisiológicos directos de na enfermedad médica sobre el sistema sueño-vigilia.
C- Trastornos del sueño relacionados con otro trastorno mental: Alteraciones del sueño debidas a un trastorno mental diagnosticable, que es de suficiente gravedad como para merecer atención clínica independiente.
DISOMNIAS
Las disomnias pueden definirse como trastornos primarios del inicio o mantenimiento del sueño o de excesiva somnolencia. Se caracterizan por alterar significativamente la cantidad, calidad u horario del sueño. A continuación se exponen algunas de las más habituales.
El insomnio se define como dificultad para iniciar o mantener el sueño y puede manifestarse como dificultad para conciliar el sueño (insomnio inicial), despertarse frecuente durante la noche o despertarse muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal). Según la duración del problema también puede dividirse en insomnio agudo si dura menos de 4 semanas, subagudo cuando tiene una duración de entre 4 semanas y 6 meses, o crónico si dura más de 6 meses.
b) Hipersomnia
Se trata de un trastorno del sueño que consiste en una excesiva cantidad de sueño con incremento de la somnolencia diurna. El sueño puede prolongarse más de ocho horas llegando hasta 12 con dificultad para levantarse. Pese a ello, puede haber necesidad de volver con frecuencia durante el día a la cama.
Es poco frecuente en población infantil y no se dispone de datos exactos de su prevalencia.  El tratamiento consiste básicamente en la administración de fármacos estimulantes por la mañana o la noche.
c) Narcolepsia
La Narcolepsia es un trastorno que se caracteriza por la presencia de cuatro síntomas que la representan:
Somnolencia diurna: Se acompaña de ataques repentinos de sueño. Estos episodios pueden durar en torno a 15 o 20 minutos, aunque pueden llegar hasta una hora. Se suelen describir como imprevisibles e incontrolables por lo que pueden tener lugar en las situaciones menos apropiadas (trabajo, conduciendo...). Los individuos que padecen el trastorno pueden tener de 2 a 6 episodios diarios de ataques de sueño.
Cataplexia: Se trata de una pérdida de tono muscular, ocurre en el 70% de los individuos con narcolepsia y puede manifestarse con síntomas como pesadez de los parpados o de los brazos. En algunos casos la pérdida de tono muscular es total y se produce el desplome del cuerpo. El fenómeno suele durar poco tiempo y el sujeto se mantiene consciente. La cataplexia suele producirse por estímulos emocionales potentes.
Alucinaciones: Entre el 20 y 40% de los individuos con narcolepsia sufren también alucinaciones en forma de imágenes intensas de ensoñación antes de dormirse o también justo al despertarse, pudiendo ser también auditivas o cinestésicas.
Parálisis del sueño: Lo pueden padecer entre el 30 y el 50% de los individuos con el trastorno. La parálisis del sueño consiste en un periodo de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño o al despertarse ya sea durante la noche o la mañana.
 La Narcolepsia, es muy poco frecuente durante la infancia y suele establecerse durante la adolescencia y la juventud. Lo más característico es que en primer lugar aparezcan los síntomas de hipersomnia diurna, adquiriendo relevancia clínica durante la adolescencia.
d) Trastornos relacionados con la respiración
El Síndrome de apnea del sueño infantil se caracteriza por la presencia de episodios de obstrucción parcial o total de la vía aérea superior que aparecen durante el sueño. Ello produce despertares frecuentes, rompiendo el ciclo del sueño y provocando somnolencia diurna.
 Se han descrito tres tipos diferenciados:
 Obstructiva: Ausencia de la señal respiratoria en presencia de esfuerzo respiratorio. (movimientos toracoabdominales).
 Central: Ausencia de señal respiratoria y ausencia de esfuerzo respiratorio (no se detectan movimientos toracoabdominales).
 Mixta: Apnea que habitualmente comienza como central y termina con un componente obstructivo.
 Es de muy difícil diagnóstico en la infancia precisándose un estudio polisomnográfico para su detección. Parte de esta dificultad reside en que la mayoría de los sujetos no tienen conciencia del problema.
  Puede ocurrir a cualquier edad pero lo normal es que se diagnostique en niños de 2 a 7 años. Las conductas observables más importantes son el roncar y la somnolencia diurna. El ronquido está presente aproximadamente sobre el 70% de las personas que lo padecen y su aparición fue temprana. Pueden presentarse, en algunos casos, micciones nocturnas o sudoración durante el episodio.
 Es reconocida la influencia de la obesidad como causa predisponente para el trastorno, sin embargo, no todos los niños que presentan apneas son obesos.
Como tratamiento base suele aconsejarse reducción de peso (si hay obesidad), el mantenimiento de horarios regulares con un mínimo de 8 horas, y la eliminación de la ingesta de cualquier tipo de alimento o bebida con componentes estimulantes (coca-cola, chocolate, café, etc.).
 e) Trastornos del ciclo circadiano
Aquí se incluyen los trastornos del sueño debidos a una mala sincronización entre el horario de sueño deseado (el establecido conforme a la normativa social) y el real. Se trata de un desajuste por el que la persona no puede dormir cuando lo desea. El resultado es que se producen episodios de sueño en horas inadecuadas y somnolencia durante los momentos de actividad diurna.
Una causa bien conocida de las alteraciones del ciclo circadiano es el conocido Jet Lag o cambio de horario que sufren las personas cuando efectúan un viaje a un país con distinto horario al de origen.
En niños y adolescentes, es más habitual la alteración del ciclo debido a la denominada fase de sueño retrasada. Se caracteriza por una dificultad inicial de conciliación del sueño pero con mantenimiento del mismo una vez iniciado. El resultado es que hay gran dificultad para levantarse al inicio de la mañana y se tiende a prolongar la estancia en cama, lo que a su vez, repercute negativamente con la necesidad de dormir antes por la noche.
El tratamiento más efectivo en estos casos se denomina cronoterapia y consiste en avanzar cada día un poco más (según las necesidades del caso) la hora de acostarse, hasta conseguirse la sincronización y mantenimiento con el horario deseado. 
PARASOMNIAS
Se denominan parasomnias a aquellos trastornos del sueño caracterizados por acontecimientos o conductas anormales asociadas al sueño, a sus fases específicas o a los momentos de transición sueño-vigilia.
El diagnóstico se fundamenta en una historia clínica detallada y sólo en escasas situaciones es necesario recurrir a la polisomnografía para efectuar un diagnóstico diferencial.
Las parasomnias más habituales son:
c) El Sonambulismo
La característica esencial del sonambulismo es la existencia de episodios en los que el niño se incorpora de forma brusca de la cama e incluso puede levantarse y comenzar a deambular. Los ojos se mantienen abiertos y la mirada fija. El niño puede pronunciar una o algunas palabras normalmente sin coherencia. También puede llevar a cabo conductas más complejas como andar por la habitación o estancia, abrir o cerrar puertas, ventanas y otras, menos frecuentes, como lavarse o comer.
Estos episodios suelen durar unos minutos y tienen lugar en el primer tercio de la noche (sueño de ondas lentas) y a menos que se le despierte mientras sucede, no recordará nada al día siguiente.
El episodio de sonambulismo puede terminar de diferentes formas. Normalmente el sujeto, tras realizar la actividad, vuelve a la cama y sigue durmiendo, produciéndose el olvido a la mañana siguiente. En otros casos, el sujeto puede despertarse durante el mismo y presentar gran desorientación.
Las causas del sonambulismo no están todavía muy claras y se apuntan, entre otros, causas psicológicas, genéticas y también de déficits en el desarrollo madurativo. No obstante, sí se conocen algunos factores que pueden aumentar la frecuencia de los mismos. Así, los estados febriles, sueño irregular, abuso de alcohol, ruidos externos y fármacos o trastornos que produzcan una desestructuración del sueño de ondas lentas, son factores de riesgo.
Respecto a la edad de inicio del trastorno tampoco hay unanimidad en los diferentes estudios. Algunos autores lo sitúan entre los 4 y 8 años, mientras otros apuntan el intervalo de 10 a 14. A este respecto hay que añadir que por experiencia propia y casos suficientemente documentados, el sonambulismo está presente, en algunos casos, a edades anteriores a los 7 u 8 años de edad, alcanzando su máxima frecuencia a los 11/12 años y desapareciendo progresivamente a partir de los 15/16 años.
 El sonambulismo y los terrores nocturnos están muy relacionados entre sí y algunos autores los consideran variantes de un mismo proceso patofisiológico.
Orientaciones para tratar el sonambulismo:
· Al tratarse de una alteración del sueño benigna no suele ser necesario ningún tipo de tratamiento. Los episodios aislados no deben ser motivo de preocupación pero si se repiten con cierta frecuencia es aconsejable acudir al médico.
· La principal precaución que deben adoptar los padres es el asegurarse de que el niño no pueda hacerse ningún tipo de daño durante el episodio. Igualmente deberán evitar los factores de riesgo antes señalados.
· Generalmente, no resulta conveniente intentar despertar al niño durante el episodio ya que puede causarle gran confusión o asustarle. La mejor opción suele ser la de acompañarle directamente hacia su cama para que vuelva a acostarse.
· En algunos casos, especialmente los más graves, se ha recurrido a la administración de fármacos de la familia de las benzodiazepinas e incluso a anti-depresivos tricíclicos e inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
d) Otros Trastornos:
Bruxismo
Se trata del “chirriar de dientes” que se produce por la contracción excesiva de los maxilares produciendo un ruido característico y, a veces, molesto aunque raramente despierta al niño. En los casos más severos puede producir el desgaste en dientes y encías.
A pesar de que puede aparecer a cualquier edad es fenómeno particularmente frecuente en la infancia. Se cree que entre el 3 y el 12% de los niños de edades comprendidas entre los 3 y 7 años podrían sufrirlo.
Estos episodios pueden aparecer en cualquier momento del sueño y el niño no suele ser consciente de esta conducta por lo que su queja principal está más relacionada con dolor en la mandíbula y sensibilidad en los dientes durante el día que con problemas asociados al sueño.
El tratamiento incluye técnicas conductuales (relajación, practica masiva y biorretroalimentación-EMG con alarma nocturna, siendo ésta última la que mejor resultados ha proporcionado).
Para casos más severos suelen incorporarse protectores dentales.
Somniloquia
Es un fenómeno inocuo, que suele llamar mucho la atención de los padres y que, en ocasiones, produce preocupación. Consiste en episodios de hablar durante el sueño. Se trata normalmente de la emisión de palabras ininteligibles o conjunto de ellas formando frases cortas. Pueden acompañarse de risas, gritos o llantos. No suelen despertar al niño pero pueden resultar molestos para otros.
Estas manifestaciones son muy frecuentes en la población infantil. Alrededor del 50% de la población de niños de 3 a 10 años presenta somniloquios al menos una vez al año.
Puede aparecer durante el sueño de ondas lentas y en el paradójico. En el primer caso el contenido es más elaborado, en el segundo el contenido es más pobre y suele estar relacionado con hechos recientes.
No suele intervenirse salvo que los episodios sean muy frecuentes o creen consecuencias molestas para el niño u otros.
En el tratamiento de la somniloquia suele utilizarse un dispositivo electrónico que emite un sonido molesto justo cuando el niño comienza a hablar. El dispositivo se desconecta pulsando un botón.
Jactatio capitis nocturno
Este trastorno consiste en efectuar golpes rítmicos de la cabeza contra la almohada o movimientos de balanceo de todo el cuerpo al intentar conciliar el sueño. Pueden también aparecer sonidos guturales.
Estos episodios generalmente se consideran inofensivos y no dejan secuelas. No obstante hay que tener la suficiente precaución para que en la cama del niño no haya superficies duras sobre las que el niño pueda golpearse.
Suele comenzar a los 9 meses y no suele persiste más allá de los 4 años. Suele remitir progresiva y espontáneamente.
El tratamiento seguiría las mismas pautas explicadas en la somniloquia. Se establece la aparición de un estímulo sonoro o luminoso contingentemente al iniciarse los movimientos. Se espera que este estímulo produzca la extinción de la respuesta.



BIBLIOGRAFÍA:

http://www.guiasalud.es/egpc/TSueno_infado/completa/apartado07/definicion.html